11 sept 2009

TE ACUERDAS CUANDO...

¿Te acuerdas cuando caminamos juntos por el patio de la escuela (primaria) en la hora del recreo, y a pesar de que eran 30 minutos de "descanso" parecían que eran como 5 minutos para estar juntos? Yo sí, me acuerdo muy bien, fuiste la primer niña de mi vida con la que compartí tus manos... esa vez que recuerdo bien, nos llevabas a dos tomados por las manos, tu enmedio, yo a la derecha. Que justa eras de verdad, para qué hacernos sentir mal a uno, para qué quedarte con uno, si podías estar con los dos.

¿Te acuerdas cuando en la banda de guerra te dije que el tambor que tú tenías era el mío?
Yo sí, lo recuerdo perfecto, iniciábamos un ensayo más como cualquier día de escuela. Temprano, te dije que ese tambor sería de ahora en adelante el mío, porque el que yo tenía ya no me gustaba cómo sonaba y ese, que me "apañé" que tú tenías, recuerdo que el cuero estaba un poco verde y tenía un sonido muy potente, por lo que te convencí de que realmente ese era el mío, que te estabas equivocando de caja y te convencí. Jajajajaja, ni hablar.

¿Te acuerdas cuando me pusiste el cuerno?
Cómo no me voy a acordar, eras la hermana de una compañera que andaba con uno de mis mejores amigos de aquel entonces. Recuerdo que tus papás tenían una tienda de abarrotes y vinos, ahí estaban ustedes por las tardes encargadas. Una vez nosotros llegamos, y te encontré con un vecino tuyo. Realmente nunca supe qué onda, pero cuando me hiciste una cara comprendí que no era bienvenido y mucho menos, cuando te vi que lo abrazaste. ¿Qué tiempos no? Primeros desencuentros.

¿Te acuerdas cuando éramos Halcones?
Vaya momento. Había entrado a la Tropa Scout. Esa primer reunión, jugamos fútbol americano. Como parte del destino sin creer absolutamente en él, estábamos en el mismo equipo. Éras el quarterback y preguntaste: "¿A qué equipo le vas? y te dije que a los Delfines de Miami... respondiste sólo con un "yo también" y chocamos las manos mientras corríamos rumbo a despejar, pues acaba de anotar yo con un pase que me habías lanzado.
Nunca imaginamos o por lo menos yo, que ese era el inicio de compartir mucho más cosas que un simple "yo también". Música, viajes, cigarros, campamentos, etc; ya han pasado de eso 20 años si no me equivoco. Un abrazo dillo.
¿Te acuerdas cuando cada quien pagó lo suyo con las hijas del "Clavitos"?
Qué risa. Era un sábado por la noche, salíamos con dos chavas que también estaban en los Scouts. Una se llamaba Marisol y su hermana ahora sí no recuerdo. El asunto es que un amigo y yo las invitamos a salir, a cenar a Pepe´s. En medio de la plática, mi amigo Jairo dice: "sí, todos los maestros tienen apodos, el que me dá carpintería le decimos el "Clavitos"... Ellas se echaron a reír sin parar y se voltearon a ver... preguntamos que por qué reían inténsamente y contestaron: "Es nuestro papá" jajajajajajaja!. Por si no fuera poca la pena, al pedir la cuenta, sacamos todo el cambio que teníamos nosotros y claro, no nos alcanzaba, así que ellas aportaron su parte y pagamos, después nos despedimos y ya no hubo otra salida... ¿Para qué? jajajaja!
¿Te acuerdas de las de tercero cuando nosotros íbamos en primero de secundaria?
Dedicada a los cuates de la secu. Nosotros, chavos de 11 años recién entrando a la secundaria conocimos a unas chavas que ya iban en tercero. Eran 3 de no sé cuántas que nos gustaron, así que tres de nosotros anduvimos con 3 de ellas. Considero que fueron relaciones que nos enseñaron muchísimo. Estábamos emocionados, cómo no. Una de esas tantas tardes, nos fuimos a la finca de un amigo que tenía una semi "disco" subterranea. Había dos maneras de bajar, sea por dos resbaladillas laterales o por las escaleras. Ahí nos refugiamos muchas tardes y una de ellas llevé una cámara fotográfica. Hicimos un concurso de haber quién duraba más tiempo besándose. Bueno, entre tanto beso, nos fotografiamos dándonos unos tremendos ósculos. Una vez que llevé al rollo a revelar e imprimir, por arte de magia mi madre supo de las fotos.
Siempre a la salida de la escuela, nos íbamos caminando juntas todas las parejas. En eso, en la calle, aparece mi madre en el carro, se para al lado de mí y enojada me dice que me suba al carro.. claro, sin opción a yo decir que no verdad. So pena de tener que dejarlos solos me trepé al auto. Una vez dentro, mi madre me pide le entregue las fotos donde me estaba dando besos con la "tipa". Desde entonces, ya no confiaba tanto en mí cada vez que yo salía por las tardes, me prohibió terminantemente me viera con una niña mayor que yo y las fotos las guardó por mucho tiempo pero hoy es fecha que no supo qué les hizo, hubiese estado bien que las guardara para verlas y poder reír más y recordar la cara de mi ex que ni siquiera tengo presente su nombre.
Que buena historia aunque mi madre no está muy de acuerdo, jajajaja.
¿Te acuerdas de "nuestra conquista" jugando voleibol en la secu con ellas dos?
Raúl: "Qué onda, a mí me gusta Lissette. Gustavo: "A mí Gisela, vamos uno con cada una, aprovechando que están ellas solas jugando y cada quien juega de pareja con la que le gusta" R: "zaz" No sé en qué momento se alinearon las estrellas y el momento no pudo ser más exacto, pues ellas accedieron, pero también tenían el plan de jugar con nosotros para después salir y tener una relación. Eso lo confesaron una vez que ya habíamos iniciado la relación. Mi relación con Lissette fue muy padre lo que duró, aunque casi no nos veíamos más que en la escuela. Fueron de esas semi conquistas que en realidad te das cuenta que no conquistas tú, no eres tan chingón ni tan galán, simplemente el gusto es mutuo y ellas también tenían su plan de conquista para con nosotros. Mi relación no duró tanto como la de Gustavo, pero fue un bello recuerdo sin más ni más. Cuando nosotros salimos de la secundaria, a ellas aún les faltaba un año. Íbamos por ellas a la salida, pero un día de esos, yo, sí yo, le dije a Lissette que ya no estaba agusto, (me sentía grande ya en prepa con otras emociones por investigar y probar) y la corté. Ella estuvo de acuerdo y me dí la media vuelta para irme con mis amigos, con la frente en alto disque por haber "ganado la batalla" sin problema. Como siempre sucede, después de un año y que ella salió de la secu, la busqué... se veía aún más hermosa, pero ¡oh!, lo que aquella vez yo había decidido dejar, jamás volvió a mí. Pasaron los años, la volví a ver y nada sucedió.
¿Te acuerdas de los viernes de americano y recorrido en Los Olivos?
Cada viernes de la semana era el más esperado no sólo porque marcaba el inicio del fin de semana y no tendríamos que ir a la escuela al día siguiente, sino porque ese día a partir de las 4 de la tarde nos íbamos a jugar fútbol americano al rancho Los Olivos. En esos tiempos nos juntábamos buena banda, todos con la intensión de ir no sólo a pasar un buen rato entre los cuates, sino a jugar bien, a dar el todo en la cancha y poder aplastar al enemigo. Eran horas y horas de juego, una y otra vez... hasta que la tarde-noche nos comenzaba a caer. Días lluviosos, llenos de lodo, nos aventábamos al lago para enjuagarnos. Bueno, iban también las hermanas de uno de ellos y amigas de nosotros. a las 6:30 de la tarde aproximadamente, dejábamos de jugar y sólo unos cuantos nos quedábamos para ir al recorrido, que éramos los de más confianza. Así que bajábamos hasta el río, recorríamos todo el río, desde donde estábamos que era la parte alta del lugar, hasta la entrada del rancho. Pero lo interesante es que cada uno se hacía cargo de una chava, puesto que había obstáculos que librar. Después, llegábamos a la alberca a enjaguarnos de nuevo y el día terminaba algunas ocasiones con parejas que en el recorido se conquistaban... algunos otros simplemente se besaban y ahí terminaba el asunto; otros más, se reprimieron las ganas. Esos viernes eran los más chidos en mis tiempos de deportista. Aún con quienes nos hemos visto y compartimos esos días, nos queda el anhelo viviente de querer volver a reunirnos y ahora, tras 17 años, sólo pretenderíamos lanzar uno que otro pase, correr no más d 15 minutos seguidos, no taclearnos con tanta fuerza sin micericordia buscando dar nuestro mejor golpe y hacernos volar por los aires; sino recordar y vivirlo. Porque ahora todo eso nos acabaría aunque nos resistamos a vernos viejos el uno al otro. El orgullo podría llevarnos a hacer muchas pendejadas que nos costarian días de dolor. Si en aquel entonces, yo le rompí las costillas a un amigo sin querer, no quiero pensar ahorita qué nos podría pasar.
¿Te acuerdas que casi me tiras de la patineta aventando tu pie hacia atrás porque así me señalaste cuando pasaba a tu lado y preguntaste que quién era yo?Casi, casi me descontrolas...
Ese momento lo recuerdo detalladamente... Preguntaste quién era yo. Yo te vi y me gustaste mucho. Nos presentaron, nos miramos, nos gustamos, nos dimos teléfonos, salimos un par de veces y nos hicimos novios. Fuimos a una cena y nos la pasamos en el jardín echados cual vil parejas románticas. Nos hacíamos acompañar de otros dos amigos pareja también. Nos escribimos varias cartas, una vez me preguntaste que qué daría yo por ti... no supe responder, pero sabía que muchas cosas, tenía ganas de estar contigo y de enamorarme, pero creo que mi respuesta no fue tan contundente. Todos los días saliendo de la secundaria íbamos los amigos en su búsqueda a esperarlas salieran de la suya. Entonces nos veíamos, comprábamos alguna fruta y compartíamos, o simplemente cada uno tomaba su ruta con su pareja y nos despedíamos por unas horas para después volvernos a ver. Era la historia de todos los dias.
Una de esas tardes terminamos...
Entramos a la prepa, a muchos nos tocó en el mismo salón, entre ellos tú y yo. Pero no había nada, ni siquiera nos hablábamos hasta que un día tomé la inciativa y platicamos. Entendimos cada uno lo que sentía por el otro y que no había más como dos.
En el salón, recuerdo que un amigo mutuo estaba sentado detrás de ti. Yo estaba a un lado de él, a tu izquierda. Él simulaba darte una nalgada, cuando veo que su rodilla estaba más cerca de tu nalga lateralmente del lado izquierdo, le empujo la misma y el entonces te pega. Creíste que había sido con la mano, pero peor aún, que yo había sido el que lo había hecho. Al terminar la clase, te paraste frente a mí y me diste la mejor cachetada que nadie jamás en mi vida me ha dado. Sonó por todo el salón y me dijiste: "Para que la próxima vez se lo vuelvas hacer a tu abuela". No hice nada, pero me enojé mucho y entonces planié la venganza. Tendría ahora que darte un beso a fuerza frente a todos, jamás te pegaría. Así que me puse de acuerdo con alguien para que te distrajera y así yo poder hacer lo que quería. Todo tenía que ser a la hora de la salida. Me esperaban mis amigos, ellos sabían qué iba hacer yo. Me acerqué donde estabas, en la bola de las amigas. Me puse a tu lado, mi mano detrás de la espalda hacía un conteo para los amigos. 1,2,3... te tomé por el hombro derecho, te voltié la cara, te di el beso, pero fue mucha fuerza para eso y te fuiste hacia atrás. No pude sostener tu peso, caería yo también, así que di un paso largo para atrás y te solté... como si toda la prepa hubiera sabido que es lo que iba a hacer, voltearon y te vieron caer. Todos, o casi todos, se burlaron... yo no supe qué hacer, realmente no era lo que quería, el plan había salido mal. Te levantaste cual bestia furiosa a perseguirme, pero tus pasos eran lentos a los míos... lo siento creo alguna vez te lo dije tiempo después, mucho después.
Abandonaste la prepa, te fuiste a toluca y te casaste. Una que otra vez te llegué a ver, pero no tan consistente en realidad, la amistad iniciaba el proceso de alejamiento. Cambiaste de religión, no sé cuál. Tuviste una hija y una noche tristemente me llamaron para decirme que habías muerto. Acudimos a tu velorio, todo -como en cada suceso de esta naturaleza- era incomprendible. La respuesta es que te habían operado y que según todo había salido bien, pero te quejabas de un dolor abdominal y nadie te hizo caso hasta que fue demasiado tarde.
Tu hija hoy ha de ser toda una adolescente, nunca la conocí, ojalá se parezca a ti...
Donde quiera que estés Karina Suset, a tu memoria... ojalá recuerdes como lo hago, sin rencor.
...continuará.